Editorial Abril 29’2022

Editorial Abril 29'2022

La salud emocional y la autorregulación en los adultos del futuro.

Ms. Jessika Marlen Contreras Hernández

"Nos preocupamos de lo que el niño llegue a ser mañana, pero nos olvidamos de que ya es alguien hoy”

Stacia Tauscher

La educación ha ido cambiando considerablemente a través de los años, hoy en día se opta por cuidar y favorecer el aspecto emocional de los alumnos pues según la OMS (Organización Mundial de la Salud) además de la crisis sanitaria y económica causadas por el tema COVID, se produjo una tercera problemática más; la crisis psicológica, afectando a la mayoría de los países en el mundo, por tal motivo, es de suma importancia trabajar este aspecto con los niños, jóvenes y comunidad en general (Julia García y Carmen de Manuel 2020).

Una de las áreas de oportunidad a trabajar es el manejo de emociones, pero ¿cómo se desarrolla la autorregulación en los seres humanos? En el libro ¨Primera Infancia: Impacto emocional en la pandemia¨ Marcela Armus  señala que cuando los niños aún son pequeños, no cuentan con la habilidad suficiente para regular sus emociones, es por ello que requieren algún estímulo externo tal y como un abrazo, una palabra de aliento, o la ayuda de papá, mamá o algún otro adulto que les brinde las herramientas para tranquilizarse, pero cuando esto no sucede, es muy probable que crezcan careciendo de dicha capacidad de autorregulación y es ahí cuando buscan la manera de satisfacer sus necesidades sin importar que sea a través de pataletas, gritos, o enojo constante (2021). 

La autorregulación se refiere a los diferentes pensamientos o acciones que realizan los seres humanos para hacer frente a situaciones complejas que les generan algún conflicto emocional. Algunos ejemplos de estas acciones pueden ser: escuchar música, caminar, hacer ejercicio o pensar en anécdotas positivas. La autorregulación no se trata de bloquear o reprimir los sentimientos sino del cómo los gestionamos y cómo reaccionamos cuando se manifiestan en nuestra vida. 

Para fortalecer la salud psicológica de los adultos del futuro, se enlistan y describen las siguientes acciones:

➡️Hacer uso de prácticas de mindfulness. 

Esto ayuda a que las personas logren hacer un mayor contacto con ellos mismos, se enfoquen en el momento presente y descubran la mejor respuesta para afrontar las situaciones que viven. 

➡️Promover conductas positivas por parte de los adultos. 

Es importante que vean, en las personas que les rodean, actitud optimista y demás emociones positivas ya que somos su ejemplo a seguir. 

➡️Valorar el esfuerzo de nuestros niños para que adquieran confianza en sí mismos. El general expectativas positivas nos permite favorecer la autoestima, pues es fundamental que nuestros niños sepan que tienen cualidades que los hacen especiales y únicos. 

➡️Favorecer las fortalezas de carácter.

Se refiere a las virtudes que cada individuo posee y que ayudan a las personas a ser fuertes, perseverantes y buscar el bienestar.

Ninguna persona nace sabiendo cómo controlar las emociones y los niños, principalmente, necesitan tiempo para poder aprenderlo así que sigamos cultivando este importante aspecto pues el desarrollo de emociones positivas no solo contribuye al desarrollo de experiencias placenteras, sino que también sirve para abrir la mente a nuevos modos de afrontar la vida.