Necesitamos tener altas expectativas con nuestros hijos/ alumnos.
Ms. Lupita Betancourt / Preschool Principal
“Les tocó una pandemia”, “no sabe/ no puede” “Es que siempre batalla”, “con que cumpla”, “mejor no le pido eso porque nunca lo hace bien”. ¿Se les hacen familiares? Una muy común entre nuestros hijos: “esa maestra me cae super bien porque es buena, pero la otra no porque es muy exigente”.
Entonces, ¿la exigencia es mala? Desafortunadamente se ha hecho una relación directa de la frialdad con la exigencia y es por eso que el “rigor” es mal visto.
Educar con amor generando espacios seguros donde nuestros niños se sientan con la confianza de equivocarse es importantísimo. Es en este punto donde el rigor con amor genera una nueva meta, una oportunidad de volver a intentarlo para alcanzar altos estándares.
Para un educador equitativo, no solo es posible sino imperativo ser compasivo y riguroso; es lo que los estudiantes necesitan de nosotros y lo que quieren. Los niños pueden saber cuándo no les estamos exigiendo y caen en una zona de confort. Estoy segura de que todos en la vida queremos alcanzar altos estándares y las conexiones emocionales son un ingrediente esencial para llevarlos allí.
En el Colegio Inglés Americano nos enfocamos en construir relaciones sólidas con nuestros alumnos; recurrimos a esa fuente de confianza para hacer que los estudiantes cumplan con altos estándares con un compromiso basado en el amor, la confianza y el compromiso mutuo.
Nuestros hijos necesitan lo mejor de todos nosotros y con esto día a día una mayor exigencia basada en el amor que los direccione a ser exitosos en la vida. ¡Sí se puede!